Hablemos de la sombra, de la luz, de los colores que se insinúan tras el juego de penumbras; de lo romántico de lo desconocido, de la sutileza, de la elegancia, de lo que realza la belleza que es inspiración y es felicidad…
¿Y si los brillos nos ciegan a la verdadera belleza de las formas…? ¿Y si nos ciegan a ver la elegancia sencilla del juego de luces y sombras que es capaz de proyectar cualquier objeto? La lectura del manuscrito de Junichiro Tanizaki nos ha abierto los ojos ante lo sutil y la finura de las sombras…
“El elogio de la sombra”, un panegírico del matiz, un ensayo de 1933 que resume la estética tradicional japonesa y explica por qué ésta encuentra esencial captar el enigma de la sombra. Una lectura recomendable para todo aquel interesado en el arte, en la cultura japonesa, o simplemente interesado en la belleza. La belleza es explicada como un juego de claroscuros que insinúa, que es elegante, inspirador… Seamos felices apreciando la belleza en la esencia de las cosas… Aprendamos a ver las formas, sus luces y sus sombras.