Restaurante Zalacaín

Cuatro meses de intensa reforma pusieron al día uno de los restaurantes más reconocidos históricamente en nuestro país. Su legado gastronómico sigue vigente en esta nueva etapa en la que se preserva el clasicismo de una cocina de evidente descendencia francesa, a la vez que se trabaja por seguir siendo fieles a la vanguardia culinaria que siempre ha ido ligada a la filosofía de esta casa en la que Benjamín Urdiaín logró alcanzar las tres estrellas Michelin en el año 1987. Un difícil equilibrio que se obtiene gracias al tesón de los grandes profesionales con los que cuenta y a la puesta en valor por parte de nuestro excepcional personal de sala. Esfuerzos que han sido recompensados con diversas referencias en grandes guías como “Les grandes tables du monde”.
El renovado espacio sigue transmitiendo esa innegociable elegancia de la casa y aportando la comodidad e intimidad que nuestros comensales merecen. Ahora con un bar con mayor protagonismo en el que poder empezar o despedir su reserva, Zalacaín busca reforzar los estímulos de su experiencia al igual que hace en el resto de espacios en los que la luz natural por primera vez en su historia toma un papel relevante. Un nuevo actor que sin duda es el hilo conductor de esta nueva etapa.