¡Hola a todos!
Ya ha pasado una semana y estamos de nuevo por aquí para terminar de contaros la historia de Kubalu…
PARTE II: EMPEZAMOS LA AVENTURA
Pues sí, había empezado la aventura. Iba a ser un verano de no parar, queríamos salir cuanto antes y había que trabajar en ello. Desde pedir a amigos que colaboraran con nosotros en fotos y videos, hasta investigar en cómo hacer un página web sin ayuda (de hecho, ahora Marta hace páginas webs a otros, quién se lo iba a decir). Todos los que hayáis montado o estéis montando algo sabéis de lo que hablamos. 😉

KUBALU (“importancia” en zulú, y pronunciado /kubálu/) se convertía en nuestra nueva palabra favorita. Tres sílabas que definen ya un estilo, que se han hecho un hueco en el salón de todas nuestras casas y que para Marta y para mí iban a ser algo más que un proyecto.
Fueron meses de mucho trabajo. Empezamos el 2016 con la valiente decisión de Marta de abandonar un trabajo fijo, enamorada de un proyecto que aún estaba (y está) cogiendo forma, y yo me peleaba con los horarios para poder compaginarlo todo con mi carrera. Lo teníamos claro, apostábamos con fuerza por este nuevo proyecto que acabábamos de co-fundar. Teníamos muchos encargos y, a la confianza de esas personas que pedían nuestro servicio, se le sumaba el pasar a las finales de los concursos de emprendedores a los que nos presentábamos. Noticias y fases que ya se han quedado en la vida de los tres (Kubalu y nosotras dos).
En este camino hemos puesto ilusión y ganas, con muchas dosis de esfuerzo, mutuo apoyo y paciencia de nuestros más cercanos (gracias 🙂 ), y ahora nos encontramos con un Kubalu que se ha hecho mayor y se va moldeando día a día.
Hemos reído (mucho, muchísimo), hemos llorado (menos, pero también), largas horas de Marta al volante y pocas horas mías de sueño por las noches… Ha sido un año y medio de supervivencia y de emociones fuertes, un cambio en nuestras vidas. Donde las buenas noticias siempre han significado energía extra y las no tan buenas eran impulsos para aprender y mejorar.
Sabemos que con Kuablu “no hemos inventado la pólvora”, como se suele decir, pero sí que hemos dado con una fórmula de felicidad y lo recomendamos. Porque hacemos eventos, pero, más allá, trabajamos en equipo, somos leales al cliente y al producto y nos sentimos muy orgullosas de los pequeños pasos que nos ayudan a avanzar enormemente.
Os animamos a esto y a lo que sea, a ser felices con lo que hagáis y con quien lo hagáis. Yo siempre digo que con Marta ha sido muy fácil y que el tándem que hemos formado es el perfecto para esta “gran aventura”. Buscad a un buen compañero de viaje y luchad por lo que creáis, porque de verdad que de todo se aprende, y es que, encima, hacerlo con constancia y entre amigos lo hace aún más especial.
Que no hace falta emprender para ser felices, eso está claro, pero sí ponerle ilusión a lo que hagamos y dejarse seducir por las decisiones que emocionan.
Sigue empezando la aventura, seguimos aprendiendo a confiar y a mejorar. Seguimos y seguiremos disfrutando de Kubalu.
¡Gracias a todos por ayudarnos! 🙂
Nos vemos el próximo miércoles